La enfermedad celiaca es el resultado de la interacción entre el gluten y factores inmunológicos/genéticos.
El gluten es un conjunto de proteínas que poseen algunos cereales como el trigo, la cebada, el centeno y en menor medida la avena. En el trigo, el gluten contiene dos tipos de proteínas que son la gliadina y la glutenina, en la cebada las proteínas que causan la enfermedad se denominan hordeínas, y en el centeno, secalinas.
La gliadina es débilmente digerida en el tracto gastrointestinal humano resistiendo la acidez gástrica, las enzimas pancreáticas y las proteasas del ribete del cepillo intestinal 12. De esta degradación resultan fragmentos proteicos que frente algunas situaciones patológicas como en las alteraciones de la permeabilidad intestinal, estos péptidos derivados de gliadina pueden atravesar el epitelio, logrando interactuar con el sistema inmune y desencadenar una respuesta inflamatoria que termina en el daño celular del organismo.
Esta reacción autoinmune es la que deteriora la mucosa del intestino y destruye las vellosidades intestinales causando diarrea, fatiga, pérdida de peso, hinchazón, anemia y puede provocar complicaciones graves.
En los niños, la malabsorción puede afectar el crecimiento y el desarrollo, además de causar los síntomas que se observan en los adultos.
No existe cura para la enfermedad celíaca, pero para la mayoría de las personas, seguir una dieta estricta sin gluten puede ayudar a controlar los síntomas y promover la curación intestinal.
Los anticuerpos anti-endomisio (EMA) y anti-transglutaminasa tisular (tTGA) son las dos pruebas que se usan actualmente para el diagnóstico de la enfermada celiaca.
Fuentes:
- Enfermedad celiaca: Revisión. Elsevier
- Enfermedad celiaca. Federación de Asociaciones de Celiacos de España.
- Celiaquía. Mayo Clinic.
