¿Sabías que estos términos no significan lo mismo?
Muchos confunden el Virus Inmunodeficiencia Humana (VIH) con el Síndrome de Inmunodeficiencia adquirida (SIDA) o lo tratan como sinónimo, pero no lo son.
El VIH es un virus que se trasmite a través de las relaciones sexuales, ataca el sistema inmunitario del cuerpo, esto quiere decir que destruye a las células en especial a los linfocitos T CD4 que nos protegen frente a infecciones y enfermedades. Actualmente no tiene cura, por lo que una vez que se contrae este virus, estará de por vida en nuestro organismo, pero existen tratamientos que permiten disminuir la carga viral logrando prolongar la vida de los portadores y además ayuda a que lleven una vida totalmente normal e incluso que tengan pareja. Lo importante es que se lleve el tratamiento de forma constante y sin saltarse las dosis ni los controles.
Por lo tanto, cuando se es VIH positivo y se lleva un tratamiento adecuado, se considera como portador del virus.
Pero ahora ¿qué es el SIDA? Cuando el portador del virus no lleva un cuidado adecuado, la condición propia del individuo (como la edad, las enfermedades previas al contagio) no es óptima para combatir el virus aun con tratamiento o si rechaza el tratamiento, la carga viral aumentará agresivamente desarrollándose la fase más grave que provoca el virus, un “síndrome”, es decir que se desencadenará un conjunto de síntomas e infecciones oportunistas que comienzan a atacar al cuerpo ya que el mecanismo de defensa, linfocitos T CD4 esta destruido, las bacterias, virus y hasta hongos que en condiciones normales no provocan ninguna patología, ahora bajo esta condición u “oportunidad” generan cuadros graves.
Entonces el SIDA es la expresión de las enfermedades que provoca el virus.
Fuente: Centros para el control y la prevención de enfermedades (CDC)